Una noche épica fue la vivida en Teatro Caupolicán
Es difícil pensar y digerir lo vívido en el conocido recinto de San Diego, más allá de la innegable importancia de Helloween en el mundo del metal y su gran legado, ayer quienes pudimos asistir fuimos privilegiados. Una noche que además de tener el mejor concierto dado en Chile por los alemanes, entregó algo que jamás nadie se podría haber aventurado a idear, la real unión de sus ex-miembros con la actual formación en vivo.
Sí, es lo que pregonaba este tour, pero fue más que eso, un show con casi 3 horas, que tuvo de todo y más realizado a la perfección. Quienes hayan asistido antes a un concierto de Helloween, sabrán que no estamos hablando de grandes pantallas, ni espectaculares escenografías o sorpresas, sino que contundencia en interpretación y un telón de fondo alusivo al disco en promoción, nada más. Aún incluyendo las dos visitas del ‘Hellish Tour’, que congregaba a Helloween y Gamma Ray en el mismo escenario.
Desde la gran cortina, que rezaba ‘Pumpkins United’ junto al clásico logo, ya se intuye que esto es más que una reunión de los músicos; la gran calabaza en escena, las distintas tarimas y alturas para los músicos, la pantalla que reforzaba la época y canción interpretada, esto último acostumbrado a verlo en los conciertos de Iron Maiden con los distintos telones de Eddie o los discos, sumando los detalles en las animaciones que conjugaban y rescataban elementos de los distintos artworks de los álbumes. Todo lo anteriormente nombrado, mezclado con Kai Hansen tocando ‘Why?’, o Michael Kiske cantando ‘Forever and One’, por solo nombrar algunos de los momentos entregados, de verdad era algo impensando, pero sí, pasó, ayer viernes.
Viernes 3 de Noviembre del 2017
Teatro Caupolicán – Santiago
Las ansias por ver esta gran reunión se hacían notar a eso de las 19:39 horas cuando se empieza a corear «happy happy Helloween, Helloween» frente al gran telón que cubría el escenario donde algunas cortas pruebas de instrumentos provocaban la euforia de cada persona.
Llegando a eso de las 20:04 horas parte la intro con las manos alzadas de los seguidores y vemos como los miembros antiguos y actuales de Helloween se posicionan detrás del telón y comienzan a tocar la primera melodía de la noche, la aclamada ‘Halloween’ de ‘Keeper of the Seven Keys’ Part I . Bajado el telón visualizamos finalmente a los chicos y a quienes más que Michael Kiske y Andi Deris en voces, con una fanaticada que también entregaba todo en estos primeros 13 minutos.
Entre las típicas banderas entre la marea, visualizamos muchas chilenas y nuevamente una venezolana que se remecían al ritmo de ‘Dr. Stein’ entre gritos, cantos y una bandera lanzada al escenario junto a la bata del doctor puesta por Kai Hansen, dos himnos del conjunto y esto era solo el principio. Para energizar más los ánimos, Deris y Kiske saludan al respetable quienes reciben la ovación entre aplausos y vitoreos que se unieron también para Hansen quien con su mano en el corazón nos indica la inmensa felicidad que sentía. Deris nos presenta a Seth & Doc, las calabazas que, en animaciones, nos irían dando pistas de las melodías que se enlistan, es así como es el turno de la clásica, ‘I’m Alive’ interpretada por Kiske, quien con una fantástica voz nos demostró que ya su salud está completamente bien.
Es el turno de Andi en voz y es así como ‘If I Could Fly’ del álbum ‘The Dark Ride’ estremeció los sentidos de quienes estaban presentes demostrado con una energía impresionante. Siguiendo Deris, pasamos a ‘Are You Metal?’, marcando otro de los íconos de Helloween. Deris comienza a jugar con los gritos del público obteniendo una positiva respuesta con las más de 4.000 personas del recinto.
Tras otra corta animación llega Michael para entonar ‘Kids of the Century’ que nos regresa a 1991 y a ‘Pink Bubbles Go Ape’. Sigue ‘Waiting for the Thunder’, del casi reciente disco ‘Straight Out of Hell’, con una gran intro por parte de Hansen, Weikath, Sascha Gerstner y Markus Grosskopf, quienes dieron el paso a Deris con su notable y deslumbrante voz. De esta manera continúa ‘Perfect Gentleman’ del gran ‘Master of the Rings’ de 1994 junto a Andi con una nueva vestimenta y sombrero, estando luego en compañía de Kiske, haciendo al público corear con una tremenda pasión.
Oímos nuevamente «happy happy Helloween» desde la marea metalera para estremecer a la agrupación quienes prontamente desataron la euforia con tres grandes clásicos ‘Starlight’, ‘Ride the Sky’ y de manera íntegra ‘Heavy Metal is the Law’ con la voz de Kai Hansen, quien como ya sabemos, debe dejar su guitarra de lado para impactar con su voz. Además, la gente entre mosh y la primera bengala de la noche, también se deslizaba entre la gente con los crowdsurfing. Las revoluciones se reducen un poco junto a Deris y Kiske sentados indicándonos también que se vendría la parte romántica de la jornada. Es así como escuchamos algo completamente impensado como dijimos anteriormente, ‘Forever and One (Neverland)’ de ‘The Time of the Oath’, a parte de ver este gran dueto con esta melodía a cargo, vimos la ternura de algunas parejas abrazadas y otros con las linternas de sus celulares le daban todo el cliché a la canción.
Una vez más se descansaba algunos minutos para recobrar energías, ésta vez con ‘A Tale that wasn’t Right’ compuesta por Weikath, quien además interpreta un regocijante solo para luego seguir deleitándonos con Kiske y Deris siendo acompañados por las voces de los participantes al show. Pasada estas baladas se retoma la energía junto a ‘I Can’ recordando a ‘Better than Raw’ de 1998 viendo a Deris bastante contento que incluso bailó por unos segundos con dicha canción.
Otro de los puntos más emocionantes del encuentro es el drum solo que comienza junto a Daniel Löble, quien mostrándonos sus dotes en las baquetas, las deja por unos minutos y nos concentramos en el clip que se reproduce, donde vemos nada menos que a Ingo Schwichtenberg, quien dejó esta tierra en 1995, una de las más tristes pérdidas que Helloween pudo tener. De esta forma es como Daniel interpreta el mismo solo de batería que visualizamos junto a Ingo en el video, quien fue ovacionado con fuertes aplausos que por supuesto también iban hacia Ingo. Luego de esta conmemoración, prosigue ‘Livin’ ain’t no Crime’ y ‘A Little Time’, está última tocada completa, a cargo de Kiske entre los saltos y cuernos alzados de los seguidores.
Sigue otro de los destacados de ‘Master of the Rings’, ‘Why?’, partiendo con el bajo de Markus, luego la resonante voz de Kiske y la potente guitarra de Hansen hacen un complemento positivo que hace elevar todas las manos del público. Continuando con la placa ya nombrada se enlista ‘Sole Survivor’ a cargo de Andi, en donde nadie se quedó atrás entre los cantos y saltos que produjo. Lo mismo ocurrió para ‘Power’ volviendo a ‘The Time of the Oath’, nuevamente con Deris en voz. Un nuevo punto alto se marcaría en la jornada con las palabras de Andi indicando que ésta fue la primera canción que escuchó de Helloween, se refiere a ‘How Many Tears’, que nos retrocedió una vez más al primer disco de la banda, ‘Wall of Jericho’. Para sorpresa, Andi cantaba y entremedio se escuchaba una segunda voz mientras que Andi buscaba quien era, aclarándose luego que fue Hansen quien lo acompañaba, luego de que Deris jugara otra vez con las voces de la gente, se enmarca un nuevo mosh y Kiske se une en voces, para luego finalizar y retirarse todos de la tarima por varios minutos.
Tras la petición de los fanáticos por el regreso de la calabaza y que claramente se cumplió, sigue ‘Invitation’ la intro de ‘Keeper of the Seven Keys Part II’ que nos indicaba que llegaría el reconocido himno ‘Eagle Fly Free’ donde además de saludar a los asistentes, Kiske resalta con su inconfundible voz dando los ánimos y comienzo al mosh y la segunda bengala que iluminaba el recinto de un intenso color rojo. De corrido se suma al encore la homónima ‘Keeper of the Seven Keys’, que tuvo una duración de más de 13 minutos tras el juego con el público realizado por Deris y Kiske, quienes también se destacaron con un gran dueto a mitad de la melodía. Toman otra bandera chilena que colocan en la escenografía, culminan y se retiran nuevamente del stage.
Tras un tiempo menor que el anterior, parte el segundo encore con ‘Future World’, partiendo con la resonante guitarra de Hansen y los cantos de Kiske deslumbrando a los fans quienes unificaron sus voces en el coro demostrando porqué el público chileno es uno de los más respetados en Latinoamérica. Llegando ya al fin de este inmenso espectáculo llega la mítica ‘I Want Out’ que fue cantada de principio a fin con unos globos alusivos a la calabaza y a la gran fiesta vivida, para luego cerrar con el confeti correspondiente a la celebración de la reunión que dejó a todos con el corazón lleno de alegría y un recuerdo imborrable.
Todos quienes fueron parte de esta reunión, tanto el público como la misma banda sin dudas no tienen nada que reprochar, fue un espectáculo de gran magnitud que superó las expectativas que cualquiera pudo imaginar, llegando a las lágrimas del variado público que llenó el teatro, que tampoco calmó sus energías en éstas casi tres horas de show inimaginable. Así que les comentamos a quienes vayan este domingo, prepárense, porque se llevarán un enorme recuerdo digno de enmarcar para siempre en nuestro ser.
Texto: Andrèe Sépulveda
Fotografía: Mauricio Villarroel
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