La ira del thrash se tomó el recinto

 

Desde la última visita de los neojerseistas que se esperaba tal nivel de thrash, ocho años tuvieron que pasar para poder presenciar nuevamente en tierras locales un show de Overkill. No sólo eso, en 2015 los fanáticos de la banda se quedaron con las ganas de verlos luego de la cancelación de toda su gira por Latinoamérica. Todos esos ingredientes hicieron de esta una jornada más que especial, la que además contó con los argentinos A.N.I.M.A.L y el siempre bien recibido crédito nacional, Disaster.

 

Viernes 1 de febrero de 2019
Teatro Teletón, Santiago

 

Cerca de las 20:00 horas en punto, Pedro Cavieres sube junto a los suyos a escena y desata el caos junto a los cerca de 100 asistentes que se encontraban a esas horas en el Teatro Teletón. La agrupación hizo lo que sabe hacer desde 2001; simplemente dejar la cagá. Su único punto en contra fue un par de saturaciones en el sonido, fuera de ello, todo impecable. Con cortes como ‘Desquiciado’, ‘Culto de Muerte’ y ‘Necrofilia’ (estos dos últimos pertenecientes a su futuro larga duración) se desataron los primeros brutales mosh de la tarde. El punto culmine fue con la –clásica, a estas alturas- ‘Motosierra del Infierno’, himno que durante dos décadas sigue demostrando de lo que realmente está hecho el thrash metal chileno.

 

Luego de la contundente presentación de los oriundos de Melipilla, llega el turno de los trasandinos A.N.I.M.A.L Al igual que en su presentación junto a Slayer, Andrés Giménez esparramó odio para todos lados. Y era que no, si es la característica principal de una banda latina que desde la génesis de su propio nombre le dio sentido a la lucha y a la organización latinoamericana como arma principal por la liberación y reconocimiento de los pueblos indígenas. Esto puede sonarles repetido, pero nunca está demás recordar que: Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar.

 

‘Sólo por ser Indios’ dio inicio al potente show de A.N.I.M.A.L, calzando perfecto para dejar a todos prendidos para el plato de fondo. ‘Revolución’, ‘Familia (Es la Oportunidad)’ y ‘Combativo’ fueron también parte del potente set del que, en esta ocasión, no es necesario aclarar hacia dónde apuntan las letras.

 

‘Latinoamérica’ y ‘El Nuevo Camino del Hombre’ se dejaron sentir potentes sobre el escenario. Marcelo Castro y Titi Lapolla (batería y bajo respectivamente) fueron el alma de la agrupación en todo momento. Un alma que pareciera dar vida a toda la bravura y valentía que tiene Giménez sobre el escenario para dar más de una piña (combo en argentino) a alguno que otro personaje.

 

Ya para los minutos finales de su presentación dejaron lo que es una verdadera moledora de carne. ‘Cop Killer’ hizo subir las revoluciones del mosh en hartas cifras, y así lo hizo sentir Giménez, recordándonos a todos por qué a las bandas gringas les gusta tanto venir a Sudamérica.

 

De esa forma se alistaba el retorno al país de una banda que hace ocho años no nos visitaba y que hace casi cuatro agendó una gira que no se concretó. Todo eso más la enorme expectación, lo que culminó en un recinto lleno de thrashers que hicieron mosh en cualquier espacio posible.

 

Bobby Blitz, DD Verni y los suyos subieron con todo a escena interpretando ‘Mean, Green, Killing Machine’, corte perteneciente a su última placa ‘The Grinding Wheel’ (2017) disco que mantiene a Overkill como una banda más que vigente. Y no sólo ellos mantienen su vigencia, sino que clásicos como ‘Rotten to the Core’ también siguen formando parte del “soundtrack colectivo” del público thrasher. De esa forma se el show se fue dando entre la nueva y la vieja escuela del thrash, en donde Overkill pareciera mandar en ambas. Así se dio paso a ‘Electric Rattlesnake’ otro de los temas pertenecientes a la nueva oleada del thrash, pero que mantiene esa agresividad de una banda que tiene más calle que cualquier otra.

 

Acerca de los músicos hay mucho que contar, pero poco novedoso por saber. Y es que Overkill sigue siendo la misma brutalidad de siempre. Bobby Blitz aún mantiene esa voz de bruja de Pulentos (sí, la serie animada de Canal 13) que le da una particularidad a la agrupación. DD Verni sigue siendo el mismo incombustible de siempre. El cambio de la ropa veraniega que usaba en los 80’s, a las ropas oscuras que usa hoy, no afectó en nada a su capacidad como músico. En las guitarras Derek Tailer y Dave Linsk capos y enérgicos como siempre. Y lógicamente también una mención más que honrosa para el miembro “nuevo” de la banda, el baterista Jason Bittner (ex Toxic y Flotsam And Jetsam) quien goza de una calidad técnica más que envidiable.

 

Con los músicos dando todo en escena y haciendo arder el recinto capitalino (más los 30 y tantos grados de afuera), se dio paso a cortes como ‘Head of a Pin’, ‘Goddam Trouble’ y la clásica ‘Wrecking Crew’, cerrando esa primera parte de setlist con la demoledora ‘Ironbound’. Así se dio inicio al final del show. Bobby regresa a escena para gritar ‘Elimination’ y echar abajo el Teletón. Y así fue, con el mosh más intenso de toda la noche, todo para dar paso a un brutal “we don’t care what you say”. Perfecto para el cierre, ‘Fuck You’ llegó acompañado de la brutalidad total (intercalada con ‘Sonic Reducer’ perteneciente a la banda punk estadounidense, Dead Boys) y la declaración de odio perfecta para botar estrés en estos tiempos.

 

Algo que se extrañó del show fueron un par de clásicos como ‘Old School’, ‘Evil Never Dies’ y/o ‘I Hate’. Sin embargo, la brutalidad presente fue demasiada como para quejarse por la falta de algo. Solo resta esperar que para estas visitas no tengan que pasar nuevamente tantos años. Aunque bien, si pasaran, la espera valdría cada maldito segundo. Tal cual lo dice el meme.

 

Texto: Bastián Gómez
Fotografía: Javier Cortés / EvilcorPhotography