La cerveza y el thrash se unieron en Blondie

 

Este fue el show de la pilsen. De eso no puede dudar nadie: más de 30°C en Santiago, un recinto ubicado un par metros bajo tierra y una banda que en su discurso ofrece odas al brebaje alcohólico, hicieron de esta la jornada perfecta para beber birras, compartir con amigos y ver a Tankard en vivo junto a los ya consolidados Massive Power y Old Force.

 

Viernes 8 Febrero del 2019
Club Blondie – Santiago

Cerca de las 20:00 horas los primeros en subir a escena fueron los locales Old Force. Luego de un breve receso sobre los escenarios, los santiaguinos volvieron y entregaron la primera dosis de energía a un público, no numeroso a esas horas, pero sí lo suficientemente exigente.
Así se dio inicio a los primeros mosh de la noche, era que no. El público –en su mayoría thrasher- iba a eso y a tomar cerveza. Los nacionales cumplieron con prender todo el ambiente. Pese a ciertos detalles técnicos y de puesta en escena (que quizá se deban a su período inactivos), lograron cautivar a los bangers que llegaron temprano a ver las bandas locales.

 

Minutos más tarde llegaría el turno de los, a estas alturas, clásicos de la escena thrash local, Massive Power. Muchos se quejaron los días previos al show del porqué incluir nuevamente a una banda que siempre se encarga de los shows de apertura de artistas internacionales. Pues el conjunto alemán respondió en escena y sí, puede haber agrupaciones buenas, que hacen bien su pega, pero los cerveceros llevan todo a otro nivel, ahí está la respuesta. Amigos haters, esta vez no ganaron –nunca ganan en realidad-.

 

Con un contundente show de poco más de media hora, en el que incluyeron melodías como ‘Mass Crime Corporation’, ‘Political Class’ o ‘Violent Killing Posers’ dejaron a más de alguno con dolor de cérvix. Para un cierre más que perfecto, uno de sus guitarras se dirigió al público recordando al público vieja escuela, dedicándoles el tema ‘March of Destruction’ y dando inicio al mosh más brutal del show de apertura. Bien Massive Power, siempre rescatando lo que son las raíces de un género que se niega a perecer.

 

Ya con el recinto prácticamente lleno, llegó el turno de los capos de la “guata de pilsen”. Si existe un sujeto en el mundo que tiene con esas características, ese es Gerre, vocalista de Tankard que desde el minuto cero se mostró más enérgico que nunca. ‘One Foot in the Grave’ y ‘The Morning After’ fueron los primeros cortes con los que el gordo Gerre demostró toda su calidad vocal. De haber existido una mejor calidad sonora ese día, el show hubiese sido tal cual escuchar un disco. El vocalista no ha decaído en nada, su voz está tal cual se logra escuchar en los primeros discos de la banda. Punto más que a favor para ellos.

 

El recinto ya tomaba forma de estadio. Los coreos tipo barrabrava en este tipo de shows nunca se hacen esperar: “OLE, OLE, OLEE, TANKARD, TANKAAARD!!” se escuchó fuerte en la Blondie. Un par de camisetas del Eintracht Frankfurt, (club de fútbol de la Bundesliga –liga alemana- del que los miembros de Tankard son hinchas), se dejaron ver en el recinto. Además de un buen grupo de extranjeros que más que mirar a la agrupación, se dedicó a mirar el mosh. Parece que no estaban acostumbrados a ver eso en sus países… en fin.

 

No hay explicación alguna para saber cómo se pudo mantener en pie toda la gente que estaba en el moshpit. El suelo estaba tan resbaloso como una pista de patinaje sobre hielo. Nunca he estado en una pero supongo deben ser así de resbalosas y al primer tropiezo te sacas la cresta. El círculo; era una superficie llena de cerveza y sudor, emulando la mejor pista de patinaje sobre hielo (?). ‘Rapid Fire’ y ‘Rules for Fools’ fueron también parte del set y alimentaron lo que fue una verdadera moledora de carne. Para qué hablar del clásico ‘Die With a Beer in your Hand’ o de ‘Minds on the Moon’. En esos dos cortes la humedad relativa del ambiente subió de forma estrepitosa (como diría algún comentarista deportivo random). Yo no soy Iván Torres para hablar de clima, pero creo que fácil hacían unos 38°C. Y eso sólo gracias a una centrífuga humana que no pensaba parar en ningún momento.

 

Sobre los músicos en escena, nada que decir: Andy Gutjahr en la guitarra es un capo, prolijo como él solo. Y para qué hablar de Frank Throwarth y Olaf Zissel, ambos son el cimiento de una agrupación que tras décadas se ha ganado el respeto y la reputación de “reyes de la cerveza”. Unos cracks en bajo y batería respectivamente.

 

El setlist estuvo compuesto principalmente por clásicos de la banda. Los temas ya mencionados más los siempre bienvenidos ‘Metaltometal’, o ‘Chemical Invasion’. También hubo breves repasos por sus cortes más recientes, como el aclamado ‘A Girl Called Cerveza’. Ya para el cierre siempre será un bombazo, como cuando comemos y decimos “lo mejor para el final”. Tankard dio el golpe con ‘(Empty) Tankard’, un clásico más que coreado para poner broche de oro a una jornada redonda.

 

En cuanto al show en general, se destaca por sobre todas las cosas el arte callejero, el thrash metal tiene su origen en la humildad y el descontento de los más desfavorecidos. Allí las bandas locales trajeron sus potentes mensajes. Tankard fue el cierre de un carrete maravilloso, tal lo describieron los fans a la salida, muchos dijeron: “weón esto fue como un carrete”, y así lo sintió también quien les escribe, como una verdadera fiesta con amigos en donde no importaba nada más que la cerveza y el thrash metal.

 

Texto: Bastián Gómez
Fotografía: : Javier Cortés / EvilcorPhotography