El thrash metal rebasó la Blondie

 

Sólo cuatro años tuvieron que pasar para volver a disfrutar del mejor thrash neoyorkino. Los padres del sonido callejero que hasta nuestros días predomina en la música extrema, se presentaron anoche en el Club Blondie ante un excelente marco de público y acompañados en escena por dos grandes créditos locales: Nuclear, consagrados ya como una de las grandes bandas de thrash del país, y Dorso, apuesta siempre certera para armar un cartel de lujo debido a las más de tres décadas que llevan Pera y junto a los dorsálicos contando historias horrorosas al ritmo del metal.

 

Domingo 11 de agosto del 2019
Club Blondie – Santiago

 

Nuclear: No les entran balas

A las 19:00 hrs en punto los encargados de encender a quienes estaban dentro del recinto fueron los capos de Nuclear. Siempre sólidos, Matías y los suyos agradecían en toda oportunidad a los pocos bangers que se apostaron en la pista para presenciar el show de la banda local. La lamentable tónica de siempre, es que es casi el 20% de los asistentes totales los que se dan el lujo de presenciar el show completo, apoyando tanto al telonero como al plato principal. Esta vez, no fue la excepción. Eso sí, unos cuantos avezados se atrevieron a iniciar el mosh incluso con poca gente.

En la batería de canciones no podían faltar los clásicos ‘Apátrida’, ‘Sadistic Method for Crime’. La ejecución musical tanto como sonora, apañada la de calidad con que rugió el recinto, fueron un plus para ignorar la falta de público de esas horas. Matías informó sobre escena que hace sólo días comenzaron con la grabación de lo que será su nuevo disco, por lo que pronto habrá más noticias sobre el nuevo material de Nuclear. El cierre estuvo encargado de ‘Chaos is my Life’, un cover realizado a los punks británicos The Exploited quienes nos visitaron en junio. Final más que devastador para un show que ameritaba tal cosa.

 

Dorso: Apostando a ganador

Poner a Dorso en un cartel es siempre caos seguro. Puntuales a las ocho de la noche (nueve para los que tenían el celular con la hora cambiada) el cuarteto sube a escena para mostrar parte de su horrendo y espantoso repertorio. Las historias putrefactas comenzaron con ‘Ultraputrefactus Criatura’ seguido de las siempre devastadoras ‘Poser Apocalipsis’ y ‘Horrible Sacrifice’. Los mosh al igual que en Nuclear no se hicieron esperar y el Pera lógicamente lo agradeció abriendo una lata de cerveza y brindando junto al público. Tras ello ‘Panificator’ y ‘Deadly Pajarraco’ continuaron con el macabro set.

En el inicio hubo un par de acoples que molestaron de cierta forma. Aún así el profesionalismo de Dorso no da para quejas, sino todo lo contrario. El show debía continuar y listo, por lo que el Pera animó a los bangers a continuar con el mosh que ya se desataba con todo a esas alturas del match.
‘Gore & Roll’, ‘Doctor Mortis’ y ‘Turu’ fueron la antesala del siempre bien recibido ‘Hidra’, corte en donde “la cagá” no fue menor. Veloz, fugaz y sin mucha interacción obedeciendo al tiempo estipulado en el cronograma, los músicos dieron punto final a su presentación con ‘Silvestre Holocaust’ dejando el ambiente más que cálido para el plato de fondo de la noche.

 

Nuclear Assault: Thrash metal consecuente

Puntuales a las 21:00 hrs los neoyorkinos comandados por Connelly subieron a escena a devastar el ambiente, a esas horas sí estaban todos en el recinto. Mal por las bandas locales, bien por el show en general. ‘Rise from the Ashes’ desató de inmediato el circle pit más grande de la noche. Y era que no. ‘Brainwashed’ misma historia, ya con su clásico coro «WHY DON´T YOU THINK FOR YOURSELF», gritado a todo pulmón por todo un círculo de bangers girando y dándose al ritmo de Nuclear Assault.

El set estuvo cargado a clásicos de antaño, otorgando lo mejor de los clásicos ‘Survive’ y ‘Game Over’ discos que fueron cimiento del sonido crudo que hoy sigue vigente. Así llegó el turno de ‘Critical Mass’ y ‘Butt Fuck’. Connelly sorprendentemente en las voces no tuvo ningún problema. No así en el show de 2015, por lo que si de comparaciones hablamos, este año la cosa estuvo mucho más brutal en todo sentido: tanto en calidad como en agresividad.

Luego de más de media hora de show en donde la centrífuga humana no pensaba detenerse, llegó el turno de ‘Sin’ para que el remolino se agrandara cada vez más y más. En ‘Vengeance’ la historia fue similar. El punto extraño del show fue que John Connelly pidiera a los fans disminuir las revoluciones, debido a que temía que alguno de los fans sufriera algún accidente en la barricada que separa la reja y el escenario. Dicha acción no fue muy bien recibida por los thrashers, sin embargo, acataron la petición.

Como un verdadero monstruo en las cuatro cuerdas Dan Lilker sacó todo su poderío y trayectoria para ‘Hang the Pope’ y lanzar todo el odio que existe hoy hacia la iglesia católica. Erik Burke en la guitarra es sin duda una de las mejores inclusiones que se han hecho a una banda del género. Eso sí, sobresale sin lugar a dudas la inclusión del gran Nicholas Barker, ex Dimmu Borgir, actualmente en Brutal Truth, quien destroza los tarros tras sólo sentarse frente a ellos.

Para el cierre extrañamente el set decayó en intensidad. ‘My America’ sorprendió en parte a los bangers que venían con las RPM a mil, más aún cuando para el final dejaron ‘Trail of Tears’. No fue del todo una sorpresa, pero sí una leve desazón. Aún así, se agradece que los músicos hayan dejado todo sobre el escenario para deleitar a un público tan exigente como el nuestro. Nunca se puede dejar a todos felices, sin embargo, de que el show fue agresivo y contundente, lo fue. Esas dos palabras resumen la noche. Así de sencillo, así de fugaz. Así de thrasher.

 

Texto: Bastián Gómez
Fotografías: Diego Pino