Una demoledora y única jornada de thrash metal
Memorable, si existe una palabra para definir el evento, esta es. El show tuvo de todo: brutalidad, algarabía y emotividad a full. El festival de metal más grande jamás realizado en el país, cumplió a cabalidad con las expectativas de todos los asistentes. Pentagram, Kreator, Anthrax y Slayer. ¿Qué más se le puede pedir?
Pentagram
A eso de las 15:00 horas, tal como estaba programado, los primeros en salir a escena fueron los locales Pentagram. Estoicos como si no hubiese habido un sol que quemaba, los asistentes aguantaron el potente calor y no escatimaron en nada, acercándose lo más posible al escenario para ver en primera fila a Reisenegger y compañía.
La jornada inició con ‘Fatal Predictions’, repasando los viejos clásicos de la banda junto a sus temas incluidos en ‘The Malefice’. Así continuaron con cortes como ‘Horror Vacui’, ‘Temple of Perdition’ y ‘La Fiura’ y, sorpresivamente, interpretaron parte de su nuevo trabajo con ‘Evil Incarnate’.
Lo impresionante del inicio de la jornada, fue que Pentagram se presentó ante un increíble marco de público. Casi la mitad del estadio estaba lleno cuando los chilenos pusieron la guinda a la torta con ‘Spell of the Pentagram’ y el clásico ‘Demoniac Possession’. Memorable para una banda de metal chileno.
Kreator
Luego de un breve receso en el que los asistentes se dieron el tiempo de pasar por los foodtrucks, llegó el turno de los alemanes, quienes el día anterior se habían presentado en el Teatro La Cúpula del Parque O’Higgins.
El show de los teutones no desentonó en agresividad. Eso sí, el setlist no varió nada en cuanto al que habían tocado el día anterior. Abriendo con ‘Violent Revolution’ y continuando con ‘Pleasure To Kill’ los alemanes partieron demoliendo todo, tal como lo habían prometido anteriormente.
Luego vino el turno de ‘Satan is Real’ y ‘Phobia’ desatando gran cantidad de mosh pits a lo largo del recinto. El momento cúspide de Kreator fue con su clásico ‘Enemy of God’, para cerrar con ‘Betrayer’ y ‘Pleasure to Kill’. Respecto de la promesa del set demoledor, pues sí, lo fue, sin embargo, de seguro todos esperaban escuchar más de sus primeros álbumes ‘Endless Pain’ (1985) y ‘Pleasure to Kill’ (1986).
Nuevamente el show tuvo un breve receso y, por altoparlante sonó con fuerza Metallica. Mientras los fans se refrescaban, Anthrax se preparaba para calentar al público que disfrutaría del último show de Slayer en Santiago.
Anthrax
A las 18:45 pm los neoyorkinos salieron a presentar su enérgico show. Una introducción que no pasa desapercibida con ‘The Number of The Beast’, los músicos subieron al escenario intepretando el inicio de ‘Cowboys From Hell’, dando paso así al primer corte de Anthrax con ‘Caught in a Mosh’.
Frank Bello golpeó su bajo con fuerza para continuar con ‘Got The Time’, causando gran euforia en el recinto que a esas horas ya estaba virtualmente lleno. Continuando con su set demoledor, Belladonna, Ian y los suyos siguieron con ‘Be all, End All’ y ‘NFL, Efilnikufesin’.
Los puntos –relativamente- «bajos» de los neoyorkinos fueron sus cortes más recientes. ‘In The End’ y ‘Now it’s Dark’. Así volvieron a los clásicos con ‘A.I.R.’ volviendo a desatar la locura en una tarde que cada vez se volvía más agradable gracias al clima que favoreció todo.
La locura no cesó en ningún momento. El mismo Belladonna se unió al público cantando ‘Antisocial’ en la misma reja junto a los eufóricos fans que se acercaron al micrófono. Así se dio paso al magnífico y siempre bien recibido cierre con ‘Indians’, dando paso al ya clásico wardance. Según lo visto en los registros de la producción, más de siete mosh pits podían verse desde el aire en dicho momento, dejando al público con el ánimo por las nubes para disfrutar de Slayer.
Slayer
A las 21:00 horas llegaría el momento. Slayer se aprontaba a iniciar su despedida de la capital –no del país, recordemos que mañana tocan en Viña del Mar- Un enorme telón cubrió todo el escenario para preparar la escenografía que vería por última vez a Araya, King, Bostaph y Holt interpretar los demoledores clásicos. Se preparaba un show memorable, tal como dijimos en un principio.
Con los músicos sobre el escenario, la banda más popular de metal extremo de todos los tiempos abrió los fuegos con ‘Repentless’. Con el recinto completo teñido de rojo, entre bengalas, luces y las pantallas gigantes, el show continuó con ‘Evil Has no Boundaries’, ‘World Painted Blood’, ‘Postmortem’ y ‘Hate Wolrdwide’.
Sin pausas muy extensas, Araya queda sólo junto al público intentando interactuar en su escueto español. Con la emoción viva en su rostro, Tom anima a los seguidores nacionales a gritar con todo ‘War Ensamble’. Así continuaron con su devastador set interpretando también ‘Season in the Abyss’, seguido del corte que, casi literalmente, abrió las puertas del infierno. ‘Hell Awaits’ fue mágico, las bengalas ardieron por gran parte del recinto durante todo el corte, haciendo que el momento fuese realmente glorioso.
Así se dio paso a ‘South of Heaven’ y al himno de los gringos con ‘Raining Blood’ desatando la locura máxima de la noche, seguido con ‘Black Magic’ y ‘Dead Skin Mask’. La centrífuga humana no quería detenerse. Tristemente, el show estaba llegando a su fin, por ello, al cierre quedó el devastador ‘Angel Of Death’, culminando así la excelente relación de Slayer, y en especial del chileno Tom Araya junto a la fanaticada local.
Los músicos se retiraron del escenario luego de regalar uñetas y baquetas. Salvo Tom Araya, quien miró al público por varios minutos con lágrimas en su rostro. Así los fanáticos agradecieron a Slayer por los años entregados, coreando fuertemente “¡Slayer no se va!”. Y claro, Slayer no se va, queda en la retina de los bangers a nivel mundial toda la brutalidad entregada durante casi cuatro décadas.
Quedan los recuerdos, los mosh y los conciertos vividos junto a la banda. Las presentaciones en vivo cesan, pero el legado seguirá más vivo que nunca en todos quienes pudieron disfrutar, al menos una vez, un show de la banda de thrash metal más popular de todo el mundo.
Texto: Bastián Gómez
Fotografía: Rodrigo Navarro